miércoles, 9 de diciembre de 2009

La doctrina de Don Fulgencio


Don Fulgencio Entrambosmares, el “ insondable filósofo” de la novela de Miguel de Unamuno “Amor y pedagogía” tiene algunas frases como la que sigue:

Y es que de lo sublime a lo ridículo no hay mas que un paso, segun dicen, más deben añadir que tampoco hay más que un paso de lo ridículo a lo sublime. Lo verdaderamente grande se envuelve en lo ridículo; en lo grotesco lo verdaderamente trágico”.

Esto me lleva a pensar ( aunque no es la primera vez, es más, es una idea que siempre ronda por mi cabeza ) en la validez del concepto de lo que llamamos Arte, y si ese concepto no se confunde a menudo con la propia existencia, o con la vida o como quiera que se llame.

A más de uno le he oído hablar en bastantes ocasiones, con un criterio inamovible y pensando que son poseedores de la verdad absoluta, de como tiene que ser el Arte y las reglas con las que debe regirse. Yo, como soy una pobre persona llena de conflictos y dudas internas y con problemas de afirmación de mi personalidad y carácter, me he preguntado más de lo que desearía si estos seres de pensamiento tan elevado estaran cargados de razón. Por supuesto, no me he atrevido a rebatirles.

Pero leyendo frases como la de Don Fulgencio (que por cierto, creo que algo así decía también Andre Bretón y los surrealistas) me animó a salir de mi concha y partir una lanza a favor de algunos personajes denostados como Ed Wood ( dicen que es el director más chapucero de la historia del cine, ¿han visto “ Glen or Glenda “?; ¿no tiene este hombre un estilo personal, particular?. Lo menos que puede dar un artista es un estilo propio, digo yo, ¿no? ) ...o como ( se van a partir de risa, pero es que se me ha venido a la cabeza ahora mismo...su música no me gusta, pero no puedo dejar de admirar su estilo totalmente peculiar y alguno de sus videos, que son un delirio total y una buena muestra de la frase de Don Fulgencio).....!!! atención !!!, !!tatatachaaaammm!!:

!! Leonardo Dantes !!!

¿ Se puede negar su estilo inimitable ?. ¿ Es un artista sublime o un personaje ridículo?. No lo tomen a broma porque lo digo muy en serio, eso me hace pensar en lo que es el Arte, en lo que es la vida, si se funden uno y otra; si el Arte puede estar como decia Bukowsky en el mero hecho de abrir una lata de sardinas, ya que es un acto arriesgado; y ese riesgo siempre tiene que estar presente en el Arte ( ¿o hay que escribir simplemente “arte”, con minúsculas?. No se si merece tanto respeto, porque asi hay menos cercanía con él ).

Bien, despues de todo este torbellino de ideas que no llegan a ningún sitio sólo quiero decir que las personas que tienen tan seguro su concepto del Arte ( arte ) deberian dejar que su criterio se derrumbara un poquito, simplemente porque asi se abriría el abanico de oportunidades para disfrutar con Él (él), que al fin y al cabo, sólo es una oportunidad más para aprovechar nuestra estancia por aquí, que supongo que será siempre demasiado corta, y no hay que desperdiciar energias en tanta reivindicación y prejuicio; ademas deberian pensar tambien que el paso de lo sublime a lo ridículo, como dice Don Fulgencio, es muy corto, y pueden pasar de un sitio a otro sin darse cuenta; asi que ¿porque no aprovechar todo lo que les haga sentir algo y dejar a un lado tanto razonamiento intelectual?. Por mi experiencia eso es lo mejor. Y si esquivan las reglas de vez en cuando probablemente estarán más alegres.

Termino con otra frase de la doctrina de Don Fulgencio ( piensen en ello, que no tiene desperdicio):

“...un pensamiento elevado o un sentimiento hondo pierde su elevación o su hondura por estar bien dicho. Eso que llamamos bien dicho es a medida de las tragaderas del común de los mortales que ni se elevan, ni ahondan, ni quieren fatigarse en pensar ni en sentir, sino que se les dé todo hecho....El arte es algo inferior y despreciable. Y el buen gusto es más despreciable aún.

¿ El arte por el arte ? !! Porquerías !! . ¿ El arte docente? !!! Porquerías también !!. Es preferible sacudir las entrañas o las cabezas de cuatro semejantes, aunque sea lo menos artisticamente posible, a ser aplaudido o admirado por 4 millones de imbéciles “.

Atentamente : Arín Dodó